El terremoto que no fue
Arranca en Sevilla el mayor entrenamiento contra un seísmo en la historia de España, con más de 4.000 participantes.
Si la operación Overlord se retrasó un día por el mal tiempo, ¿por qué diantres no se aplazó el ejercicio Sur 16? Eso debieron pensar las más de 4.000 personas que desde ayer participan en el mayor simulacro de terremoto de la historia de España, que se desarrolla esta semana en Sevilla y Ceuta. Perdidos de barro hasta las orejas, empapados por la intensa lluvia y con retenciones de hasta diez kilómetros para poder desplazarse de un escenario a otro, los participantes en este ejercicio se entrenaron ayer bajo las circunstancias climatológicas más adversas.
El desembarco de Normandía se pudo retrasar 24 horas porque era una operación altamente secreta. El macrosimulacro del terremoto que empezó ayer estaba más que anunciado por todas partes desde la semana pasada: medios de comunicación,REDES SOCIALES, sistemas de mensajería de telefonía móvil... En algunos de los mensajes lanzados por las autoridades se llegaron a leer frases como "#StopBulos El ejercicio Sur 16 no afectará al tráfico" o "no se asusten si ven una mayor actividad de militares".
No, desde luego que no. Ya se encargará la lluvia de provocar numerosos accidentes por alcance en la SE-30 y de tener la vía de circunvalación colapsada durante todo el día. En cuanto a los soldados, los camiones de la Unidad Militar de Emergencias (UME) estaban tan atrapados en el atasco como aquel conductor que intentaba llegar a su oficina y que, de tanto escuchar en la radio noticias del simulacro, ya no sabe si la ambulancia que le pide paso detrás es de atrezzo o va de verdad a atender a algún herido.
El falso terremoto ocurrió a las 07:17 y tuvo una magnitud de 6,1 en la escala Richter, lo cual para no ser real está más que bien, que diría Gurb, aquel extraterrestre que, pese a ser una masa de aire incorpóreo, llegó a pesar tres kilos y pico porque se hartaba de churros en la novela de Eduardo Mendoza. El epicentro estuvo en la zona norte de la ciudad y en los pueblos más próximos, como La Rinconada o La Algaba, y ocasionó un número importante de muertos, heridos, desaparecidos y personas que tenían que ser rescatadas, derrumbes de edificios, infraestructuras dañadas, riesgos medioambientales y tecnológicos y hasta la rotura de la presa de Guillena. Ante este panorama, la Junta de Andalucía decretó el nivel de alerta 2 por riesgo sísmico del plan de emergencias, primero a nivel provincial y, una hora después, a nivel regional.
La activación de esta alerta implicó la movilización de 570 personas. Si hubiera sido una situación real, la centralita del 112 se estaría colapsando de llamadas en esos primeros momentos y los distintos servicios operativos tendrían que desplegarse por toda la ciudad. Pero como no lo era, y como la intención de quienes diseñaron el ejercicio era alterar lo menos posible la vida cotidiana de la ciudad, se plantearon ayer dos escenarios en los que los servicios de emergencias realizaron distintos ejercicios.
El primero era el centro logístico de Adif en Majaravique (La Rinconada). Allí se simuló el descarrilamiento de un tren que transportaba mercancías peligrosas. Los Bomberos se entrenaron ante el riesgo químico y tuvieron que excarcelar y descontaminar a los viajeros del tren, mientras el consejero de Justicia, Emilio de Llera, dirigía las operaciones desde un puesto de mando avanzado.
Una hora más tarde se puso en marcha el segundo escenario, el antiguo hospital militar San Pablo, vulgo de los americanos, situado entre el Parque Alcosa y el aeropuerto. Este complejo se convirtió por arte de la imaginación en una de las poblaciones afectadas por el seísmo y hubo que rescatar a los heridos que habían quedado atrapados y apuntalar algunas de las construcciones que el terremoto había dejado en mal estado. A algunos de los edificios de este viejo hospital, casi en ruinas, no le venían mal los puntales aún sin seísmo.
Los Bomberos del Ayuntamiento de Sevilla tuvieron algunos problemas para rescatar a una persona que había quedado atrapada en el subsuelo. Se les rompió la polea y hubo que demorar un tanto la excarcelación de la víctima. Los servicios de emergencias del 061 también rescataron a varios heridos, mientras que la UME había montado un gran hospital de campaña para las víctimas en las inmediaciones del Bricor de Sevilla Este.
En los ejercicios practicados ayer también se aplicó por primera vez un protocolo de atención a menores en situación de desamparo, que supuestamente habían perdido a sus padres en la catástrofe. La unidad adscrita del Cuerpo Nacional de Policía a la Junta, la conocida como Policía Autonómica, es la que se encarga de este procedimiento, que hasta ahora no tiene precedentes en España. Igual de novedoso será el rescate y evacuación de un grupo de personas con discapacidad visual, que los servicios de emergencias realizarán mañana en la sede de la ONCE, en la Cartuja. Para entonces, una réplica en Ceuta y otra en Sevilla habrán complicado más la situación hasta activar el nivel 3 de alerta y darle el mando al Gobierno central y a la Unidad Militar de Emergencias. Eso sí, se espera que el tiempo cambie en las próximas horas y los días que vienen sean soleados. Los soldados lo agradecerán.